Es inexplicable el sentimiento de nostalgia después de todo, sigo creyendo que aquello que vivimos fue real y a pesar de todo, fíjate que tontería, estaría dispuesta a perdonarte. Porque hay días que ni me acuerdo, porque yo seguí mi vida que dejó de ser paralela a la tuya, y tú seguiste con la tuya inmersa en tu mundo de indiferencia.
Sin embargo, otros días, como hoy, hay cosas que me recuerdan que puede que todavía exista algo de vida en esto, quizás influya tu regalo de navidad, que la mayoría de las veces está puesto boca abajo, salvo cuando viene la chica que limpia a mi casa y lo vuelve a poner en posición horizontal por si hubiera sido un error mío dejarlo acostado para no verte, como si por fuerza ya que no estás en mi vida tuvieras que seguir haciendo mella de manera inconsciente, como si todavía quisieras estar en mi habitación porque mi cobardía todavía no me ha permitido quitar las fotos y rellenarlas de otras para hacer de ese, otro regalo.
No puedo desearte nada, y me entristece que ya no estés con nosotros porque éramos un buen equipo, éramos más que eso. Contigo eran sueños, eran películas de amor, eran salidas, eran canciones, eran mensajes, eras fotos, eran llamadas de madrugada, era aquel perfume que me regalasteis, eran tantas cosas. Y míranos ahora, como dice la canción de Alejandro Sanz... "Aquí diciendo adiós"...Si el destino alguna vez tiene que llevarte hasta aquí, es que teníamos que volver a juntarnos, de alguna manera.
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