Vivimos en un mundo
donde cada vez
hay menos margen para soñar,
llevar una vida intrascendente
es tan sencillo como dejarse arrastrar
por la rutina y aceptar
que de nuestra existencia
no hay que esperar grandes cosas.
A no ser que un día: Cansados de tanta mediocridad,nacerá en nosotros el imperioso deseo de convertir en realidad todos aquellos sueños que se vieron truncados cuando alguien
nos convenció de que la vida no era como la imaginábamos.
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