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jueves, 8 de mayo de 2014

Maldito día de mierda, solo falto que me cagara un pájaro.

Mi felicidad no es tener una casa lujosa, ni mucho dinero, ni ropa de marca, ni un auto último modelo, ni joyas, mi felicidad va mucho más allá de eso, tampoco es entrar en un estado de santidad en el que le deseo solo cosas buenas a todo mundo y le doy ánimo a todos con palabras sabias y entusiasmo, mi felicidad es decir: Maldito día de mierda, solo falto que me cagara un pájaro y en esa realidad tirarme sobre mi cama desvencijada y dormir con la conciencia más tranquila del mundo, la felicidad es simplemente seguir siendo yo.

La felicidad es cuando estamos conscientes de que la vida es una mierda, que lo único que tenemos seguro es la muerte y en ese estado de lucidez somos capaces de vivir, de levantarnos cada día y de lograr reír a carcajadas sin fingirlo, es el estado en que de manera cuerda continuamos cada día, disfrutamos lo que hay a nuestro alrededor, como el viento frío en la cara, el atardecer, una paleta de coco, una taza de café, un baño de agua caliente, abrazar a quienes queremos y nos importan e ir por esta vida de manera tranquila sin que nos afecte en lo más mínimo la opinión de los demás, tanto así que ni siquiera escuchamos la opinión de los demás, eso es la felicidad para mi, un estado de conocimiento y realidad en que soy capaz de respirar por voluntad propia.


Mi felicidad no es tener una casa lujosa, ni mucho dinero, ni ropa de marca, ni un auto último modelo, ni joyas, mi felicidad va mucho más allá de eso, tampoco es entrar en un estado de santidad en el que le deseo solo cosas buenas a todo mundo y le doy ánimo a todos con palabras sabias y entusiasmo, mi felicidad es decir: Maldito día de mierda, solo falto que me cagara un pájaro y en esa realidad tirarme sobre mi cama desvencijada y dormir con la conciencia más tranquila del mundo, la felicidad es simplemente seguir siendo yo.

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